Pues en esta ocasión nos acercamos a un clásico madrileño, la cervecería Europa, a causa de un evento muy especial, la presentación de una cerveza de la fábrica artesanal Sagra, la Bohío. El caso es que ofrecían un menú bastante interesante, para dos personas, así que decidimos acercarnos allí para cenar lo que prometía ser un delicioso ragout de ternera a la cerveza en cuestión, seguido de un strudel de manzana y brownie, todo ello regado con una botella de 3/4 de la citada bebida. Y os preguntaréis ¿por qué tanto postre? pues bien sencillo, es una cerveza pensada para acompañar al postre, sí, yo también es la primera vez que veo una cerveza que sea específicamente para el postre, y no me parece nada mal, la verdad.
Esta foto no es nuestra |
Ahora bien, estos planes están muy bien, pero había que ejecutarlos. De modo que quedamos a las 21:45 en las inmediaciones de la cervecería para poder hacer nuestra entrada triunfal en torno a las 22:00 y cumplir nuestra misión. Nuestro contacto apareció con retraso pero esto no interfirió con el plan maestro y a la hora acordada entramos. A continuación, aposentamos nuestras posaderas en un banco y se acercó un lugareño a ofrecernos las especialidades de la casa.
Todo parecía ir bien pero... ¡no quedaba ragout! Así que no pudimos pedir el menú especial y nos tuvimos que conformar con una de las típicas bandejas de salchichas, y una botella de Sagra Bohío. Las salchichas bien, no matan, tampoco las guarniciones (ninguna de ellas), pero ganan un montón con la selección de mostazas que tienen, especialmente la dulce, que es la de la etiqueta roja.
En cambio, la cerveza, no sé como irá con los dulces (queda pendiente para otra ocasión), pero iba muy bien con los salados. Es tostada, de sabor fuerte (tiene 10,4 gradetes, que no está nada mal), con un puntillo dulce, a lo cerveza belga de estas, en concreto, me recuerda bastante a la Gulden Draak. Y la verdad es que poco más que decir, porque de catar no tengo ni idea y copiar directamente lo que pone en la web me parece un tanto cutre.
En resumen, merece mucho la pena probar la Sagra Bohío, si la encontráis, claro está.
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