10 octubre, 2011

Restaurante Zara


¡Hola de nuevo! Tras días de perreo máximo, vuelvo a escribir una entradita de este nuestro blog. Además, hoy inauguro sección, aún no tenemos nombre decidido, pero la idea es, por si se os ocurre algún título, "esas situaciones en las que te invitan a algún sitio a comer/cenar y, por tanto, el precio, ni te va ni te viene". Ah, no vale ESELQTIAASAC/CYPTEPNTVNTV ni similares. Bueno, buen reto ¿no?

Ahora, al lío, en este caso me llevaron de cena al restaurante Zara, en la madrileña calle Infantas 5. Es un restaurante curioso, primero, porque la dueña está siempre por allí, es una señora muy majeta y sabe lo que tiene en la carta, así que le puedes preguntar lo que quieras. En segundo lugar, por el uniforme de los camareros que, como no se de ropa, no sabría describir adecuadamente, pero llevan una chaqueta blanca. Y, por último y no por ello menos importante, la decoración, en la que destaca la felicitación navideña de Fangoria y Nancis Rubias. Me he enterado a posteriori que la señora del restaurante es amiga de la mamá de Alaska, así que asumo que la tienen por eso.

Pero me desvío del tema principal, la comida. Como íbamos un grupo grandecito las entradas ya estaban escogidas y tomamos yuca frita, aguacate (así tal cual con cebolla), plátano macho frito y tamal, que es, junto con la yuca, lo que más me gustó. El tamal consiste en maíz tierno rallado o molido, con cebolla, ajo, cerdo y especias y cocinado en hojas de maíz, lo sirven si ellas (foto).


De segundos había varios platos combinados para elegir. Esto en principio me sorprendió, pero parece ser que la gastronomía cubana se basa en combinaciones de arroz con frijoles y algo de carne en diversas modalidades. Aquí va una foto de lo que tomé, arroz con cerdo y frijoles, la verdad es que no fue lo más original, debería haber pedido algo con congrí, que es cocinado con frijoles y especias y es mucho más... ¡sabrosón! Puff no sé cómo he podido aguantar tanto sin ponel'lo miamol.


De postres tomamos frutas tropicales, que tienen mucha variedad, aunque no puedo valorar porque no suelo tomarlas, y dulces de las mismas con queso, que estaba bueno también.

En resumen, el sitio bien, calidad/precio, ni idea. Para mí, la comida buena, poco variada en general y con la tontería se nos pasaron los daiquiris y demás, que son especialidad del sitio. Y un último detalle, no abren los fines de semana, así que habrá que planear las expediciones con cuidado.

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