02 septiembre, 2011

La colina de la hamburguesa

¡Hola de nuevo a todos! Aún tiramos de repertorio de este verano, pero es que nos hemos puesto muy tibios y no lo hemos escrito porque teníamos que hacer las digestiones. El caso es que oímos hablar de una empresa que hace hamburguesas de todo tipo de cosas que se llama hamburguesa nostra y que tiene puntos de venta propios y otros a los que distribuye. Y como tienen un puesto en el nuevo mercado de San Antón, pues decidimos acercarnos a por una muestra.

Lo primero, el mercado, muy apañado y muy mono. El puesto, con todas las variedades que hace esta gente, que son en torno a las 30, divididas en tres categorías de gourmetismo. Lo cierto es que en principio 30 parecen muchísimas pero es que han pensado en todo, es como la regla 34 pero aplicada a las hamburguesas. Además de esto, también tienen algunas de las hamburguesas en tamaño un poco menor que las shitty burgers y panecillos.

Ahora, al tema. Compramos: 2 españolas, 2 roquefort y 4 panecillos. Para comenzar preparamos una de cada, siguiendo los consejos de la web/folleto, y la verdad es que merece la pena hacerlo así, quedan más ricas, y les pusimos queso, lechuga y tomate. El veredicto, están muy buenas, pero... lo sentimos española, eres el rival más débil, la roquefort lo peta. Los panecillos muy buenos, pero un poco dulces, y por lo que cuestan... mejor unos molletes.

A la vista de esto y con el estado de nuestra economía, decidimos hacer una versión casera de la roquefort. Para ello compramos carne picada, nada especial, panecillos cutres, no estábamos para alardes, y queso azul en general. Esto de dejarlo a cualquier queso azul parece que no es la mejor opción, es preferible decantarse por uno durito y que tarde un poco en fundir. Preparamos cuatro hamburguesas finitas y cortamos láminas de queso que pusimos encima de una y usamos otra para tapar y cerrar la hamburguesa. Es importante esmerarse en este cierre y hacer algún agujerito pequeño para que salgan los jugos de la carne sin que se lleve el queso. ¿Por qué digo esto?, las nuestras se abrieron por la unión, vertiendo todo lo que tenían dentro, un poco en la sartén y el resto al sujetar la hamburguesa, con lo que nos pusimos perdidísimos. Pero, por otro lado, también nos quedó riquísimo, no al nivel de estas de las fotos, pero ricas ricas.

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