Supongo que esta entrada debería haberla escrito en verano y no al principio del otoño, pero supongo, además, que también puede suponer una buena forma de despedir el verano (aún con calor).
Lo que no supongo porque sé a ciencia cierta es que el helado está rico en cualquier época del año, y que esta receta, aunque sea laboriosa, es de un helado bien rico...
En lugar de melocotones, puedes utilizar cualquier fruta que te apetezca: frutos rojos, melón, peras...o utilizar los melocotones en almíbar y reducir un poco la cantidad de azúcar. No hace falta ningún ingrediente raro, simplemente paciencia y un cronómetro/despertador/reloj que te avise cada 20 minutos.
¡Manos a la obra!
Ingredientes: (para unos 500ml de helado)
3 yemas de huevo
120 grs de azúcar
350 ml de nata (yo usé nata para montar)
200 ml de leche (yo utilicé desnatada)
1 cdta de esencia de vainilla
2 melocotones grandes en puré
Preparación:
1. Bate las yemas de huevo junto con el azúcar hasta que la mezcla se vuelva blanquecina y aumente su tamaño.
2. Pon la leche, la nata y la vainilla en un cazo. Calienta la mezcla hasta que comience a hervir y apártalo del fuego.
3. Añade una pequeña parte de la mezcla caliente con las yemas y mezcla bien. Una vez mezclado, vierte de nuevo en el cazo y calienta a fuego suave.
4. La mezcla debe espesar. Para saber si está lista, sumerge una cuchara en el líquido y comprueba que cubra el dorso de ésta, como es esta foto:
5. Aparta el cazo del fuego y deja enfriar a temperatura ambiente. Añade el puré de melocotón (u otra fruta) y deja enfriar en la nevera durante una hora, en un recipiente de plástico o metal.
6. Lleva la mezcla al congelador y remueve la mezcla cada 20 minutos hasta que el helado esté completamente congelado.
Si el helado dura más de un día (es complicado, aviso..), introduce unos segundos en el microondas antes de servirlo, para que se vuelva más cremoso.
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